viernes, 15 de julio de 2016

La Política Exterior y de Seguridad Común de la UE y el Cambio Climático (1)


1. El concepto de Cambio Climático. Definición y alcance del problema.
¿Qué nos hace pensar que en realidad existe el llamado cambio climático? Todavía hay quienes dudan de ello, a pesar de ciertos datos verdaderamente reveladores a la par que preocupantes: la atmósfera y los océanos se han calentado (0,85ºC de media en los últimos 130 años y 0,1ºC por década en los últimos 40 años), las extensiones de nieve y hielo han disminuido (Groenlandia y la Antártida sobre todo), el nivel del mar ha subido (0,19 metros en los últimos 100 años, siendo de 3.2 mm/año los últimos 17) y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado (las concentraciones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso[1] han aumentado desde 1750, excediendo los niveles en 40%, 150% y 20% respectivamente)[2].
Todos los científicos apuntan que la influencia humana sobre el clima ha sido la causa dominante de los cambios acaecidos y descritos anteriormente[3]. Si continúa esta proyección, a finales del siglo XXI la temperatura global en la superficie de la tierra se habrá incrementado en 3,7ºC, los océanos se calentarán (todavía más los mares interiores, como el Mediterráneo[4]) y disminuirá el hielo marino Ártico, quedando libre de hielo en el 2050, incrementándose el nivel del mar en una media de 0,62 metros.
Sin ninguna duda, el cambio climático es una realidad que se vive a través de una combinación de riesgos medioambientales naturales (inundaciones, sequías, vientos, incendios y precipitaciones irregulares) con otro tipo de amenazas asociadas a la densidad de población, a la situación sanitaria y educativa, al acceso a los alimentos y al agua, y al tipo de gobierno y sus acciones en el territorio. Por ejemplo, en África[5], un continente que tiene varios países que reúnen las características antes mencionadas, entre 1999 y 2013 se han producido más de 2.300 desastres naturales, con 1.300.000 víctimas mortales y más de 450 millones de afectados. En el continente negro, y dependiendo de la región, el deterioro medioambiental producido por el calentamiento global, ha acrecentado el impacto de diferentes conflictos, sobre todo los relacionados con la seguridad humana y las migraciones.
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente[6], los mayores aumentos de temperatura en la Unión Europea se registran en el sur del continente y en la región ártica; los mayores descensos de la precipitación se registran en el sur, con aumentos en el norte y el noroeste. Esta agencia, de acuerdo con los datos de Naciones Unidas, prevé un aumento de la intensidad y la frecuencia de las olas de calor y las inundaciones, así como los cambios en la distribución de algunas enfermedades infecciosas y del polen que afectarán, negativamente, a la salud humana, incidiendo en la seguridad de toda la UE. El cambio climático constituye una carga añadida sobre los ecosistemas y provoca el desplazamiento de especies vegetales y animales buscando temperaturas menos extremas, fundamentalmente en el norte. Repercute negativamente en la agricultura, la silvicultura, la producción energética, el turismo y las infraestructuras en general.

REGIÓN EUROPEA
CAUSA DE LA VULNERABILIDAD
SUR de la UE y CUENCA MEDITERRÁNEA
Aumento de la temperatura, olas de calor y sequía.
ZONAS MONTAÑOSAS
Fusión de la nieve y el hielo.
ZONAS COSTERAS y DELTAS
Aumento del nivel del mar y de las precipitaciones de intensidad, provocando inundaciones.
NORTE de la UE y ÁRTICO
Fusión del hielo a causa del aumento de las temperaturas
Problemas globales
Deslizamientos de tierra, propagación de enfermedades transmitidas por insectos, disminución del rendimiento de los cultivos, inundación de regiones costeras, problemas en las reservas de agua, caladeros de pesca, turismo y migraciones tierra adentro.
Cuadro 1. Cambio Climático y vulnerabilidad de la UE. Elaboración propia con datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Sabemos, además, que la UE es responsable del 24% de las emisiones totales de los gases de efecto invernadero; quizá por ello se esfuerza en aplicar políticas de lucha activa contra el cambio climático. El cambio climático afecta a la seguridad de los países, de todas las regiones y a todos los estados de la UE, unos más que otros, lógicamente. Y los riesgos no son sólo ambientales, sino que incluyen otros de naturaleza humanitaria, política, geoestratégica y económica. La amenaza, por tanto, es global, para la seguridad de la UE.
¿Qué es, por tanto, el cambio climático, y cuál es el alcancel del problema? El Cambio Climático[7] es un problema con un origen marcadamente económico, y ese origen es el conjunto de formas de producir y de hábitos de consumo que ha establecido nuestro modo de vida. Es necesario cambiar esos hábitos, transformar el actual modo de vida hacia otro que nos permita mantener un adecuado nivel de bienestar sin socavar las posibilidades de supervivencia de nuestra civilización sobre el planeta Tierra.  Es imperativo proveer los cambios sociales suficientes, que deben ser asumidos por la sociedad en su conjunto, fortaleciendo los sistemas de responsabilidad social a la vez que incorporando en todas las esferas posibles procedimientos de economía circular, siendo imprescindible, tal y como ha establecido la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático[8] (en adelante COP21), la implicación y la participación social. Nuestro planeta se está calentando a una velocidad sin precedentes debido, en gran medida, a la emisión de gases de efecto invernadero[9] (en adelante GEI).
El Cambio Climático es la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad y es causa directa de graves admoniciones globales. Las emisiones constantes y desproporcionadas de gases por parte de los países industrializados, entre otros abusos de los recursos naturales, provocan graves modificaciones en el clima mundial, afectando, sobre todo, a los países en vías de desarrollo y se traducen en inundaciones, sequía, huracanes y todo tipo de desastres naturales que dejan a la población desvalida y sin medios para subsistir, provocando en el peor de los casos la conversión del país en estado fallido. El giro climatológico de diferentes partes del planeta provoca migraciones hacia lugares más amables con clima menos extremo y con acceso a una alimentación regular. La explotación desmesurada de los recursos naturales provocan una economía intensiva que genera abundantes recursos económicos (para unos pocos generalmente) pero pobreza, enfermedad y esclavitud para una gran mayoría. El alcance, por tanto, es global, planetario, no se circunscribe a unos lugares determinados y, por tanto, podemos decir que nos atañe de manera integral siendo el medio ambiente y el hombre el principal receptor del alcance del Cambio Climático y, por ende, nuestros hábitats, modos y medios de vida. El Cambio Climático es uno de los problemas mundiales más importantes de nuestro siglo; así es considerado por la UE y tiene un lugar privilegiado dentro de sus prioridades, afectando a la PESC, ya que afecta a la gobernanza global, a la seguridad, los derechos fundamentales y el desarrollo democrático.

2. Situación Actual.
Decíamos que el problema y alcance del Cambio Climático es global, apremiante y potencialmente irreversible, por lo que la lucha para paliar o reducir sus efectos debe ser, también, universal. Puesto que nos ocuparemos de las políticas de la UE desde su liderazgo y la situación, programas y acciones, conviene remarcar los esfuerzos que algunas organizaciones mundiales realizan para coadyuvar en la lucha contra el Cambio Climático. De esta manera tendremos una visión cosmogónica del problema global que significa el calentamiento de nuestro planeta.
El Foro de Davos, en su reciente reunión de enero de 2016, alertaba de “…/… la falta de mitigación y adaptación al cambio climático…/…” como uno de los principales riesgos globales actuales y de especial atención durante la década 2016-2026; es la primera vez que este importante Foro coloca un problema medioambiental como el primero de los peligros globales[10]. El año 2015 fue el más cálido jamás registrado en la Tierra desde que comenzaron los registros climáticos hace 136 años; la temperatura de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra se situó 0,9 grados centígrados por encima de la media registrada durante el siglo XX, que es de 13,9 grados centígrados, según el estudio. De hecho, 2015 fue 0,13 grados centígrados más caluroso que 2014, el año que marcó el anterior récord de mayores temperaturas[11]. El 18 de diciembre de 2015 China sufría su segunda alerta roja por contaminación (la primera fue entre el 6 y el 9 de diciembre), concretamente en el norte y este del país y afectando a más de 50 ciudades incluyendo Pekín, previendo una densidad de partículas PM 2,5[12] superior, en varias regiones a los 500 microgramos por metro cúbico, cuando el máximo recomendado por la OMS es de 25; la visibilidad en la capital del gigante asiático se redujo a menos de un kilómetro. El Presidente de EE.UU Barack Obama aseguró en su último debate del Estado de la Unión, que ejercerá presión política en su recta final del mandato presidencial para que haya "…/… cambios en la forma como EE.UU. maneja el petróleo y el carbón, redoblando así su apuesta por las energías limpias y la lucha contra el cambio climático”. Obama recriminó también al Partido Republicano que continúe negando la evidencia del Cambio Climático. Podríamos seguir hablando de la situación actual global con respecto al Cambio Climático, pero creo que son suficientes estos ejemplos. En cualquier caso, para poder ayudar a lo ya explicitado en la vigencia de este grave y actual riesgo mundial, hablaremos brevemente de la estrategia de Naciones Unidas, sobre todo a raíz de la COP21[13], sobre la que se coadyuvan las estrategias de la UE.
Naciones Unidas sostiene que los países han admitido que “…/…el cambio climático constituye una amenaza cada vez mayor para el desarrollo, las iniciativas destinadas a erradicar la pobreza y el bienestar de sus ciudadanos.” Los efectos del cambio climático se perciben en todos los continentes, exacerbándose más en unas regiones que otras, generalmente las más pobres del planeta. En el seno de la ONU existe el denominado Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático[14] (en adelante IPCC), que elabora informes anuales sobre las consecuencias de Cambio Climático[15];  para el IPCC las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguen aumentando y, de continuar así, el aumento de la temperatura a nivel mundial superará con creces el límite de 2 grados centígrados establecido como objetivo por los países con el fin de evitar los efectos más peligrosos del cambio climático. El informe correspondiente a 2015 se dará a conocer en la 43 reunión que el Grupo realizará en Nairobi (Kenia) los próximos 11 al 13 de abril de este año[16].
El quinto informe de evaluación (AR5)[17] es el diagnóstico más completo de los conocimientos científicos sobre el cambio climático desde 2007 y nos aporta evidencias y posibles posibilidades para paliar los efectos del Cambio Climático. Naciones Unidas tiene más de 35 programas de alianza[18], con diferentes organismos de la ONU, para trabajar de manera interdepartamental contra el Cambio Climático. De todas las estrategias, la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCC) es la más activa, más conocida como la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o Cumbre de París 2015 (COP 21)[19]. La COP21[20] concluyó con la adopción de un acuerdo histórico para combatir el cambio climático e impulsar medidas e inversiones para un futuro bajo en emisiones de carbono para crear entornos, sobre todo, sostenibles. El objetivo principal del acuerdo universal es mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, e impulsar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales. Además, el acuerdo busca reforzar la habilidad internacional para hacer frente a los impactos del cambio climático. Y así lo hicieron los 195 países presentes en la Conferencia de 2015. Se ha catalogado como histórico el acuerdo de París porque las decisiones son de carácter universal, aspecto éste del encuentro de diciembre de 2015 que no había sido conseguido en ninguna de las anteriores reuniones. El acuerdo parte del hecho de la “grave preocupación” por la ausencia de resultados en cuanto a la reducción de los GEI, provocando un calentamiento global sin precedentes. El objetivo, por tanto, es limitar el calentamiento de la tierra por debajo de los 2ºC, fijando como deseable llegar a 1,5ºC. Para que las emisiones de los GEI comiencen a reducirse rápidamente, hay que lograr un equilibrio entre las actividades humanes que los generan y las que pueden ser capturadas por medios naturales (fundamentalmente bosques); también se debe contar con elementos tecnológicos que ayuden a la absorción de los GEI (instalaciones de almacenamiento de Carbono, por ejemplo, aunque estas infraestructuras están, hoy, muy cuestionadas[21]). Ese es otro de los logros de la COP21, que incluso los países de la OPEP[22] hayan admitido lo que negaban hasta ahora: la parcialidad del Carbono y sus efectos en el calentamiento global[23]. Aunque la OPEP no participó en la COP21 como organización, sí lo hicieron los países miembros, desempeñando un papel protagonista en cuanto a la reducción voluntaria de las emisiones para el periodo 2020-2030. Mientras que Argelia lo hizo dentro del plazo establecido por Naciones Unidas, Ecuador, Emiratos Árabes, Angola, Arabia Saudí, Irán, Irak, Kuwait, Nigeria, Qatar, Libia y Venezuela también lo hicieron, aunque fuera de plazo. 
Los países más ricos del planeta en sus versiones G7, G8 o G20, así como los más industrializados, recortarán sus emisiones y respaldarán las rebajas de las emisiones de los países en vías de desarrollo (los BRICS[24], fundamentalmente).  Los países más desarrollados financiarán la reconversión energética de las naciones en vías de desarrollo; también a enfrentar las consecuencias del Cambio Climático, sobre todo en lo relacionado con la seguridad energética y alimentaria. Los países más desarrollados aportarán 100.000 millones de dólares anuales hasta 2025, fecha en la que se actualizará la cifra. En cuanto a las pérdidas y daños, “.../...Se reconoce a las islas vulnerables al alza del nivel de los océanos y a los países pobres más expuestos al cambio climático el derecho a obtener respaldos para evitar, reducir al mínimo y afrontar las pérdidas y los daños relacionados con los efectos adversos de este fenómeno”.
El acuerdo de París entrará en vigor en 2020, pero en 2018 los países evaluarán los impactos económicos y sociales de sus iniciativas contra el calentamiento global, revisando sus estrategias de reducción de los GEI. Habrá una nueva conferencia de las partes en 2023 y, después, revisión de los acuerdos y resultados cada cinco años.


3. Liderazgo de la Unión Europea en la lucha contra el Cambio Climático.
Después de un acuerdo tan importante en cuanto a la globalidad del mismo, las grandes estructuras nacionales y supranacionales tienen que estar detrás de él, apoyando las iniciativas que de él surgieron. Ya lo hemos comentado con respecto de los BRICS; también EE.UU, a pesar del escepticismo republicano que esconde, una vez más, intereses económicos. La Unión Europea, por supuesto, pero en Europa llevamos ya mucho tiempo librando batalla contra el Cambio Climático y sus efectos, seguramente porque la UE es la responsable del 24% de las emisiones totales de los GEI. Así, la estrategia de la UE era tanto interna como externa, es decir, que importaban tanto los países miembros de la UE como el resto de los países de su entorno. Y tiene su lógica, ya que además de cumplir con los valores explicitados en el Tratado de la Unión Europea (en adelante TUE), se trata de invertir en seguridad, de todo tipo, puesto que las fronteras de la UE, sobre todo la Sur, sufrirán una avalancha de población desplazada por los efectos del Cambio Climático, queriendo entrar en una Europa que ofrece diferentes garantías. Aún cuando el Protocolo de Kioto[25] no era respetado por casi ningún país de la esfera internacional, la UE alcanzó en Durban, en diciembre de 2011, un firme compromiso con la lucha contra el Cambio Climático para extender este acuerdo hasta 2020, unido al esfuerzo de rebajar las emisiones de GEI un 20%, elevar la cuota de generación de energía a través de renovables en un 20% y aumentar la eficiencia energética un 20%[26]. Si bien es cierto que la UE cumplió como estructura supranacional, diferentes países miembros como España, Dinamarca e Italia no lo hicieron.
La crisis económica ha hecho que nos olvidemos, durante unos años trascendentales, del Cambio Climático. Sin embargo los efectos de la crisis han aumentado los efectos de éste. La dependencia de los combustibles fósiles es uno de ellos, olvidando la política de fomento de las energías renovables llevada hasta entonces. Invertir en medidas con mucho coste económico en periodo de crisis no era asumible por muchos de los países UE. Sin embargo, mientras los costes de la crisis ya han supuesto cerca de los dos billones de euros, la inversión en programas contra el Cambio Climático no llegará a los 73.000 millones de euros anuales hasta 2020[27], demostrándose, una vez más, la poca altura de miras. La crisis económica también nos ha traído la protección a las industrias más contaminantes tales como siderúrgicas, cementeras y papeleras, que se verán exentos de pagar los impuestos de emisión en un 90% de los casos, protegiendo la deslocalización empresarial y el desempleo en el territorio de la Unión, sobre todo los países más petróleo-dependientes. Aún así, desde la UE tenemos suficientes herramientas para ocuparnos de los efectos del Cambio Climático y liderar la conversión de sus consecuencias tanto en Europa como en el Mundo. 
Desde los tratados. La política europea en materia de medio ambiente se remonta al Consejo Europeo celebrado en París en 1972, en el que los Jefes de Estado y de Gobierno europeos, tras la primera conferencia de las Naciones Unidas sobre medio ambiente[28], reconocieron la necesidad de establecer una política comunitaria en materia de medio ambiente que acompañara la expansión económica. La UE es, por tanto,  competente para actuar en todos los ámbitos de la política de medio ambiente, como la contaminación del aire y el agua, la gestión de residuos y el cambio climático. Su ámbito de actuación se ve limitado por el principio de subsidiariedad y por el requisito de unanimidad en el Consejo en los ámbitos de asuntos fiscales, ordenación territorial, utilización del suelo, gestión cuantitativa de los recursos hídricos, elección de fuentes de energía y estructura del abastecimiento energético. Podemos resumir que la política medioambiental europea se basa en los principios de cautela, prevención, corrección de la contaminación en su fuente y en el concepto de que “quien contamina paga”. Ésta se aplica por medio de la Directiva sobre responsabilidad medioambiental (en adelante DRM), cuyo objetivo es prevenir los daños medioambientales causados a especies protegidas y hábitats naturales, el agua y el suelo. Los operadores que realizan determinadas actividades profesionales, como el transporte de sustancias peligrosas, o actividades que implican vertidos a las aguas, deben tomar medidas preventivas en caso de amenaza inminente para el medio ambiente. De haberse producido ya el daño, están obligados a tomar las medidas adecuadas para remediarlo y a pagar los costes. El ámbito de aplicación de la Directiva se ha ampliado para incluir la gestión de residuos de extracción, la explotación de emplazamientos de almacenamiento geológico y la seguridad de las operaciones de extracción de petróleo y gas, respectivamente.

El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea de 1985 (TFUE): Como competencias compartidas[29] el artículo 4.2 establece las de medio ambiente, pesca y agricultura, transportes, energía y seguridad, entre otras. El artículo 11 fomenta el desarrollo sostenible en las políticas ambientales. Los artículos 191, 192 y 193 refieren diferentes cuestiones relacionadas con el Medio Ambiente que hoy son programas de reducción de los GEI. Pero el art. 191.1 habla en concreto de la lucha contra el cambio climático.
Acta Única Europea  de 1987 (AUE).  Se introduce, por primera vez, un título sobre medio ambiente, que constituyó el primer fundamento jurídico para una política común en materia de medio ambiente, con el objetivo de preservar su calidad, proteger la salud humana y garantizar un uso racional de los recursos naturales. Hay tres nuevos artículos en el Título VII,   el 130R, 130S y 130T, que se añaden al Tratado CEE y  que permiten a la Comunidad “la conservación, la protección y la mejora de la calidad del medio ambiente, la protección de la salud de las personas y la utilización prudente y racional de los recursos naturales”. Se precisa que la Comunidad únicamente intervendrá en materia de medio ambiente cuando esta acción pueda realizarse mejor a escala comunitaria que en los Estados miembros.
Tratado de Maastricht 1993 (Tratado de la Unión Europea TUE). Además de proporcionar los tres pilares de la UE (el pilar comunitario, la PESC y la Justicia y los Asuntos de Interior), el TUE habla de desarrollo sostenible y protección y mejora del medio ambiente (art. 3.3 y 3.5). En este Tratado el ámbito medioambiental se convirtió en un ámbito político oficial de la UE; se introdujo el procedimiento de codecisión,  y la votación por mayoría cualificada pasó a ser la norma general en el Consejo.
Tratado de Amsterdam (primera revisión TUE) 1999. Estableció la obligación de integrar la protección del medio ambiente en todas las políticas sectoriales de la UE con miras a promover el desarrollo sostenible.
Tratado de Niza (segunda revisión TUE) 2003. No incorpora nuevos asunto relacionados con el Medio Ambiente y el Cambio Climático al ocuparse el Tratado de la puesta a punto de la estructura institucional de cara a las ampliaciones que tendría que afrontar la UE.
Tratado de Lisboa (tercera revisión TUE) 2009. Organiza y clarifica por primera vez las competencias de la Unión, distinguiendo tres tipos de competencias: competencia exclusiva, competencia compartida y competencia de apoyo. El medio ambiente será una competencia compartida. Además, la UE tiene ya personalidad jurídica propia para la firma de tratados y convenios internacionales. El Tratado de Lisboa añade explícitamente que la lucha contra el cambio climático es objetivo primario de la Unión. Se configura, así,  como uno de los valores y señas de identidad europea en un momento clave de identificación de lo que significa Europa, cuando las circunstancias son radicalmente diferentes al inicio del proceso de construcción europea (artículos 2.3, 2.5, TÍTULO I art. 2.c.e, 143, 144, 145 y 146).


Desde el Parlamento Europeo. El parlamento Europeo (en adelante PE) como poder legislativo de la UE, ha liderado la respuesta global al cambio climático, junto al Consejo y la Comisión Europea. Con la aprobación de normas específicas, se ha contribuido a la  reducción de las emisiones de GEI y se ha convertido a la UE en una economía de bajas emisiones de carbono, reduciendo la dependencia de las importaciones de energías fósiles. A lo largo de su séptima legislatura (2009-2014), el PE, que legisla junto al Consejo, ha adoptado, entre otras, decisiones legislativas  sobre emisiones de vehículos e industriales, residuos electrónicos y bolsas de plástico, traslado ilegal de residuos, estrategia de residuos y desguace de viejos buques. En la actualidad los asuntos relativos al Cambio Climático se debaten en la Comisión Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria[30]. La lucha contra el Cambio Climático, el fomento de las energías limpias y la protección del medio ambiente son elementos transversales en esta comisión, que ha trabajado activamente en la COP21. En la actualidad los trabajos del PE giran en torno a la reducción de emisiones por parte de las empresas y en el establecimiento de objetivos climáticos más eficaces para el periodo 2020-2030. Eficiencia energética, etiquetado energético, diseño ecológico, gases fluorados, transporte menos contaminante (gas y electricidad), y  biocombustibles terminan los trabajos que, en la actualidad, debate la comisión de Medio Ambiente en el PE. Además, el PE  ha aprobado una actualización de la Directiva sobre las evaluaciones de impacto ambiental para clarificar el texto, incluir la biodiversidad y el cambio climático y garantizar que las autorizaciones de proyectos no estén sujetas a conflictos de intereses.
Desde el Consejo de la UE: Los Jefes de Estado y de Gobierno de los 25 países de la UE definen las orientaciones y prioridades políticas generales de la UE en el Consejo. A través de diferentes decisiones el Consejo y sus estados miembros están comprometidos con la lucha contra el Cambio Climático y la reducción de las emisiones de GEI. Al decidir qué políticas son las que se realizan, marcan la agenda de la Comisión Europea. Las primeras medidas que se tomaron en este sentido por el Consejo datan de 2008, cuando se establecieron metas para el 2020.

Objetivo 20-20-20 (20% menos de emisiones GEI, 20% más de energías renovables y 20% más de eficiencia energética).
Marco de actuación en materia de clima y energía para 2030. Mayor competitividad, seguridad y sostenibilidad en el sistema económico y energético, con una fuerte inversión en tecnologías ecológicas.
Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE y su reforma. Creado para promover la reducción de emisiones GEI de modo rentable y económicamente eficiente. Las emisiones GEI de diferentes sectores industriales están limitadas, pudiendo las empresas comprar o recibir derechos individuales. Con el fin de compensar los excedentes existentes, se fortalecerá el sistema para paliar los desequilibrios entre oferta y demanda de derechos de emisión en 2019.
Cooperación y desarrollo sobre Cambio Climático a través de acuerdos internacionales. Participación activa y protagonista de la UE en la CMNUCC de París (COP21) y acuerdos con regiones y países (BRICS sobre todo).


Desde la Comisión Europea. Gracias al Comunicado de 9 de febrero de 2005 “Ganar la batalla contra el Cambio Climático mundial”[31] se establece una lucha coordinada desde cuatro ámbitos distintos: los riesgos derivados del Cambio  Climático en sí mismo y la voluntad política de hacer frente a los mismos, la participación internacional en la lucha contra el cambio climático, la innovación necesaria para un cambio de los métodos de producción y utilización de la energía, y la adaptación de los países a los efectos inevitables del cambio climático. Además de cumplir con lo establecido en el Protocolo de Kioto, a través de la decisión 2002/358/CE, se fomenta la sensibilización de los europeos sobre este asunto, fomentando hábitos sostenibles, fortalecer la investigación científica para conocer los efectos del Cambio Climático y poder paliarlos, fomentar la cooperación con terceros países para transferir conocimiento sobre el Cambio Climático, sus efectos y cómo atemperarlos o eliminarlos. A este respecto ya existían medidas de este tipo tanto en el Libro verde sobre seguridad del abastecimiento energético[32] , donde se analizan el constante aumento de la dependencia energética de Europa, los retos que plantean el cambio climático y el mercado interior de la energía, así como las medidas relativas a la oferta o la demanda de recursos energéticos y el lugar de las energías renovables y de la energía nuclear, entre otros interesantísimos temas, como en el Libro Blanco sobre las políticas del Transporte[33], donde se pretendía conciliar el desarrollo económico de la UE y las exigencias de una sociedad que demanda calidad y seguridad al efecto de fomentar un transporte moderno y sostenible. Entre los “beneficios y costes de la estrategia” ya se establecían los de la reducción de los GEI: “.../... Los beneficios de una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se derivan principalmente de la prevención de los daños resultantes del cambio climático, tales como el aumento del nivel del mar y las inundaciones, la reducción de los recursos de agua potable, los riesgos para la salud, la modificación de los ecosistemas, los perjuicios para las economías basadas en la agricultura o el turismo, la multiplicación de los riesgos de incendio y de fenómenos climáticos extremos (tempestades, olas de calor), el aumento consiguiente de los costes y gastos en materia de seguro, etc. Sin embargo resulta difícil evaluar de forma precisa el importe de los beneficios de tal acción”.
Fueron muchas más las estrategias generadas desde el ejecutivo europeo, pero destaca entre todas, por lo premonitorio sobre los acuerdos de la COP21, la comunicación de 10 de enero de 2007: "Limitar el calentamiento mundial a 2ºC - Medidas necesarias hasta 2020 y después"[34]. Todos los programas posteriores han estado coordinados con Naciones Unidas, por supuesto, pero no podemos olvidar lo que expusimos al inicio de este apartado: el liderazgo de la UE en materia de control y lucha contra el Cambio Climático. Así, además de lo explicitado, la Comisión Europea tiene marcadas sus estrategias de cara a 2020, 2030 y largo plazo. En la actualidad es el Comisario de Acción por el Clima y Energía el encargado de estos asuntos en la Comisión Europea, que dispone de una Dirección General, la de Acción por el Clima[35], como responsable del ejecutivo europeo. 

Objetivos clave de la Acción por el Clima de la Comisión Europea UE
Precursores:
Comunicado 9.2.2005. Ganar la batalla contra el Cambio Climático Mundial.
Comunicado 10.1.2007. Limitar el calentamiento mundial a 2 ºC - Medidas necesarias hasta 2020 y después.
Actuales:
Objetivos 2020: Reducir 20% emisiones GEI con respecto de 1990. El 20% del consumo total de la energía procederá de renovables. Incremento del 20% de la eficiencia energética.
Objetivos 2030: Reducir el 40% de las emisiones GEI con respecto de 1990. El 27% del consumo total de la energía procederá de renovables. Incremento del 27% de la eficiencia energética.
Objetivos 2050: Reducir entre el 80% y el 95% las emisiones GEI con respecto de 1990. Mejorar la competitividad, creación de empleo e impulso a la economía en base a la alta eficiencia energética y bajas emisiones de CO2.
La UE destinará un 20% del presupuesto 2014-2020 (960.000 millones de Euros) para proteger el clima. Este presupuesto se suma al de los países miembros UE.
Se utilizará el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE como instrumento clave para reducir las emisiones de GEI de la industria al menor coste posible, promoviendo las energías renovables con el objetivo de tener una energía ecológica en la UE.
Se adopta una estrategia de adaptación al Cambio Climático, que tendrá una réplica en todos los estados miembros de la UE que contemple la reducción del consumo innecesario del agua, adaptar la normativa del sector de la construcción, construir defensas contra las inundaciones y desarrollar cultivos resistentes a las sequías, entre otros.
Mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC, reduciendo las emisiones de GEI antes de 2020, y un 60% antes de 2050 con respecto a las de 2010.
Compromiso de cumplimiento con los acuerdos de la COP21.

Desde la Agencia Europea del Medio Ambiente. La Agencia Europea de Medio Ambiente (en adelante AEMA) es un organismo de la UE. Su labor es ofrecer información sólida e independiente sobre el medio ambiente, y es la fuente principal de información para los responsables del desarrollo, la aprobación, la ejecución y la evaluación de las políticas medioambientales, y también fuente para europeos. En la actualidad, la AEMA tiene 33 países miembros, y sirve de asesor a los estados miembros, además del PE, el Consejo Europeo, la Comisión Europea, Consejo Económico y Social y Comité de las Regiones. Aunque son muchos los asuntos que tiene asignados la AEMA[36], el Cambio Climático tiene especial protagonismo. 

Los informes que destacan son:
Conseguir un mundo con bajas emisiones de Carbono y resistente al Cambio Climático.
Infraestructura Verde.
Cambio Climático y Ciudades.
El Suelo y el Cambio Climático.
El Cambio Climático y el Mar.
El clima europeo está cambiando.
Clima UE 2015: vivir en un clima cambiante.
.../...





[1] CO2, CH4 y N2O, respectivamente.
[2] Cambio climático: Bases físicas. Guía resumida. Fundación Biodiversidad. Oficina Española de cambio climático. Agencia estatal de Meteorología. Centro Nacional de Educación Ambiental. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. 2013.
[3] El Informe AR5 del Intergovernamental Panel of Climate Change (IPCC) realizado en 2014 sitúa en un 95% el nivel de certeza sobre la influencia humana en el cambio climático.
[4] Los mares interiores ponen de manifiesto los efectos del Cambio Climático. Informe CORDIS. Comisión Europea. http://cordis.europa.eu/result/rcn/151459_es.html
[5] España mirando al sur: del mediterráneo al Sahel. Informe 18 del Real Instituto Elcano. Noviembre de 2014. Estudio coordinado por Félix Arteaga.

[6] Agencia Europea de Medio Ambiente. Cambio Climático. http://www.eea.europa.eu/es/themes/climate/intro
[7] “Es el cambio del clima atribuido directa o indirectamente a las actividades humanas que alteran la composición de la atmósfera mundial, y que viene a añadirse a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables” Cambio Climático y sus alcances. http://www.sagarpa.gob.mx/desarrolloRural/Paginas/CambioClimatico.aspx
[8] Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en París entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de 2015 http://www.cop21.gouv.fr/
[9] Son gases que se encuentran presentes en la atmósfera terrestre y que dan lugar al fenómeno denominado efecto invernadero. Su concentración atmosférica es baja, pero tienen una importancia fundamental en el aumento de la temperatura del aire próximo al suelo, haciéndola permanecer en un rango de valores aptos para la existencia de vida en el planeta.
Los gases de invernadero más importantes son: vapor de agua, dióxido de carbono (CO2) metano (CH4), óxido nitroso (N2O) clorofluorcarbonos (CFC) y ozono (O3).  Glosario de términos http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/terminos/GasesEfect.htm

[10] World Economic Forum. Committed to improving the state of the world. Insigth Report. The Global Risks Report 2016. 11th edition. Figura 1: The global risks landscape 2016. Figura 2: The global risks interconnections Map 2016 y página 50 (Climate Change and Risks to Food Security). http://www3.weforum.org/docs/GRR/WEF_GRR16.pdf
[11] Informes de la NASA y de la Administración de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA).
[12] Las partículas PM 2,5 son las más perjudiciales para la salud. http://pagina.jccm.es/medioambiente/rvca/calidad/pst.htm
[13] Ibídem nota 8.
[15] Informe sobre Cambio Climático 2014. Mitigación del Cambio Climático. Resumen para responsables de políticas. Ibídem nota 3.              
[17] Ibídem nota 3. Fue lanzado en cuatro partes entre septiembre de 2013 y noviembre de 2014. AR5 se compone de los informes completos preparados por el Grupo de Trabajo (I, II y III) y sus resúmenes para responsables de políticas, así como un informe de síntesis.
[19] Ibídem nota 8.
[20] Convención Marco sobre Cambio Climático. Conferencia de las partes 21 Sesión. Acuerdos COP21. http://unfccc.int/resource/docs/2015/cop21/spa/l09s.pdf
[21] Captura y almacenamiento de Carbono. http://www.ecologistasenaccion.org/article22923.html
[22] Organización de Países Exportadores de Petróleo. http://www.opec.org/opec_web/en/
[23] Los países petroleros abogan por la captura del CO2 ante el calentamiento http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/06/actualidad/1446837332_618255.html
[24] Acrónimo para denominar las 5 economías emergentes más potentes del planeta: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
[25] El Protocolo de Kioto es el sucesor de CMNUCC y se celebró en la ciudad japonesa el 11 de diciembre de 1997.  http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=URISERV:l28060&from=ES
[26] Estrategia 20/20/20 de la UE.
[27] LA SEGURIDAD CLIMÁTICA EN LA UNIÓN EUROPEA: ENTRE LAS AMENAZAS Y LAS OPORTUNIDADES. Susana Borrás Pentinat. Revista Catalana de Dret Public nº 38. 2009.
[28] La Conferencia de Estocolmo de 1972 centraba la atención internacional en temas medio ambientales, especialmente los relacionados con la degradación ambiental y la 'contaminación transfronteriza'. Este último concepto era muy importante, ya que señalaba el hecho de que la contaminación no reconoce los límites políticos o geográficos y afectos a los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen.
[29] El artículo 2.2. del TFUE dice sobre las competencias compartidas que: “Cuando los Tratados atribuyan a la Unión una competencia compartida con los Estados miembros en un ámbito determinado, la Unión y los Estados miembros podrán legislar y adoptar actos jurídicamente vinculantes en dicho ámbito. Los Estados miembros ejercerán su competencia en la medida en que la Unión no haya ejercido la suya. Los Estados miembros ejercerán de nuevo su competencia en la medida en que la Unión haya decidido dejar de ejercer la suya”.
[31] Comisión Europea: Estrategia sobre Cambio Climático. Bases de la estrategia. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=URISERV:l28157&from=ES
[32] Libro Verde de la Comisión, de 29 de noviembre de 2000, “Hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético”. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=URISERV:l27037&from=ES
[33] Libro Blanco: La política europea del transporte de cara al 2010. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=URISERV:l24007&from=ES
[34] Comunicación de la Comisión Europea al Consejo, Parlamento, Consejo Económico y Social y Comité de las Regiones. Limitar el calentamiento mundial a 2ºC y medidas necesarias hasta 2020 y después. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52007DC0002&from=ES
[35] Dirección General de Acción por el Clima de la Comisión Europea. http://ec.europa.eu/clima/news/index_en.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario